Quien iba a decirme a mi que esa noche iba a ser especial. Una noche en la que mis ojos asombrados veían como esa belleza paseaba sobre la orilla del río. Mis oídos se quedaron sordos, enrojecidos sobre una ligera brisa fría.
Una bella dama, paseaba sobre la orilla del río, por donde iba a pasar yo en unos momentos. Mis dedos automáticamente, sin querer alguno, se fueron a un pelo húmedo y nervioso. Mi olfato de repente, olía a una rosas que depositaban todo su olor, sobre mi nariz. pero no, no eran rosas, era el perfume de aquella dama sorprendida por mi mirada.
No era una noche cualquiera, era mi noche, conocí el amor de mi vida, o eso espero, sentía como si tuviera hambre en el estomago, ese gusto y tacto que tenía, no iba a ser hambre, iba a ser amor. Y aunque cueste describir el amor, ella lo hace todo mas fácil. Lo más bonito cuando dijo una palabra tan simple como "Hola" automáticamente mis oídos se pusieron felices y alegres, mi piel se enrojeció y mi boca se abrió tenue para decir hola. Los pelos de "gallina", se inicio una bonita conversación en la que acabo con un abrazo, un abrazo. Que tacto mas dulce tenía, en ese momento estaba en la luna de una noche iluminada y preciosa. Todo los demás fue indescriptible, tanto que no sentía nada mas que un amor sobre ella.
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